domingo, 25 de octubre de 2009

el mundo virtual de los niños

Ahora resulta que a mi hijo le ha dado por entrar a Habbo. Atónita me pregunto que demonios es eso del Habbo. Me cuenta de amigos, de un empleo, de salas, créditos, pixeles, furnis, etc. Pero ¿de qué habla? Parece como si fuera otro idioma. ¿Empleo? ¿Amigos? Sin remedio acudo a San Google para solicitar orientación.
Habbo, amiga mía -me dice con voz grave, el señor Google- no es ninguna novedad, tiene más de 5 años funcionando en la red, es antecedente de Second Life. Ah, Second Life me suena, he oído hablar de ese programa donde la gente se crea una vida virtual y juega a ser otra persona o ser la misma pero sin moverse, sin salir de casa, sin tener que hacer más esfuerzo que el de los músculos dactilares al teclear o al mover el Mouse.
En un principio suena bien, parece un juego inocente, los niños entrando a un mundo virtual, ejercitando la capacidad de manejar el ordenador cada vez mejor que los padres. He encontrado en esta búsqueda algunas opiniones que animan a entrar a habbo para que nuestros niños se hagan más virtuales.
No estoy segura de las bondades de este mundo virtual para los niños. Extraño (y eso que soy joven) los tiempos en que los niños jugaban en las calles, con pelotas, con cuerdas, con botes o sin nada, consigo mismos y nada más.
De pronto he recordado a mi madre, enfadada conmigo por encontrarme a todas horas leyendo. Leyendo irreverencias, sobre todo. Pero ¿qué otra cosa iba a leer en Cerocahui, si ya me sabía de memoria los libros de texto de primaria y aquél Antiguo Testamento de pastas duras que me regaló el abuelo Beto?
Todas las novelillas que pasaban por mis manos, fueran de El Libro Vaquero, El Libro Semanal o Sentimental, Así Soy y Qué, Historias de Traileros, hasta aquéllas inolvidables Joyas de la Literatura Universal, eran engullidas por mi mente infantil sin llegar a comprender exactamente el significado de la mayor parte de los contenidos, pero formando ya un hábito que me ha servido como base para mi carrera y mi formación futura, el hábito de la lectura. A veces vorazmente, leyendo a hurtadillas con una lámpara de baterías por debajo de las cobijas, en la trastienda, en algún rincón, en cualquier parte para no ser reprendida por perder el tiempo en bobadas.
Recuerdo aquello y me pregunto si la historia se repite. Me asusta la afición de mi hijo a las nuevas tecnologías, quiero lanzarlo a la calle, a jugar, al parque. Muchas veces le pregunto si se ha puesto de acuerdo para salir con algún amigo, otras veces le animo a salir, algunas veces más enfadada le doy un grito y le digo que levante su trasero de la silla y se largue por ahí a vivir la vida real, que se deje de mundos virtuales.
Confieso mi desconcierto ante el fenómeno de las nuevas tecnologías y los niños. Mi intuición me dice que debe irse a jugar, a convivir con más amigos, pero luego recuerdo a mi madre, que juzgaba pérdida de tiempo mis largas horas dedicadas a la lectura.
Tengo otro elemento de juicio, cuando por casualidad veo a mi hijo jugando con más niños, están hablando de su personaje de habbo, de Messenger, tuenti, PSP, WII, Nintendo, etc. Podríamos aplicar que el mal de mucho consuelo de tontos, pero prefiero creer que las cosas han cambiado a ritmo tan acelerado que a mis treinta me voy quedando antigua y no comprendo el mundo en que se desenvuelven los niños de cuarto o quinto de primaria.
El tema es largo y complejo, tendré que seguir investigando para poder formarme como una cibermamá, por lo pronto, aquí dejo esta opinión en El Ágora de Chihuahua, que, aunque es virtual, para mí es un enlace real con mi tierra, a tantos kilómetros de distancia.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Brillante conferencia del Dr. Ramón Reig

Ante estudiantes de Comunicación del ITESM y del Colegio de Periodistas de Chihuahua

Por Valentín Ramírez Llanes

Brillante y muy ilustrativa resultó la conferencia magistral impartida por el Doctor Ramón Reig a estudiantes de la carrera de comunicación del ITESM y a integrantes del Colegio de Periodistas del Estado de Chihuahua, sobre el sentido tema de Periodismo y Muerte: bases teóricas y psicosociales, y el caso México.
El destacado ponente, de origen español, pero muy conocido y reconocido en Chihuahua luego de coordinar los estudios de Doctorado en Comunicación por parte de la Universidad de Sevilla, en coordinación con la Facultad de Filosofía de la UACH, abrió su participación señalando que muerte y miedo son emociones que acompañan al hombre desde siempre, pero que en los últimos tiempos, en todo el mundo, especialmente en Méxio y Chihuahua, se ha multiplicado llegando a niveles de terror.
La sociedad actual esta impregnada de antivalores relacionados con la divulgación de actos de muerte y miedo a través de los medios de comunicación, que en aras de obtener mejores ingresos y elevar la tirada y el raiting, promueven informaciones denigrantes que van desde la presentación de la noticia con fotos que van contra dignidad humana.
El destacado ponente señaló que de acuerdo con la teoría del miedo de Jean Delaumeu, el miedo se entiende como una emoción individual de choque sorpresa, que va precedida por la toma de conciencia de un peligro presente que obliga a estar tenso, y eso es lo que está sucediendo en Chihuahua con tantos actos de terror realizados por el crimen organizado.
Los miedos de hoy son muy claros, indicó el expositor, el hombre moderno tiene miedo no solo de la violencia entendida como acciones agresivas. Tiene miedo también a la tecnología y sus avances desmedidos, a la inmigración y a la pobreza que son aspecos que sin aparecer violentos como solemos entender estos sucesos, dejan su cuota de violencia que en algunos casos se considera como violencia extrema.
Hay también un miedo muy singular, señaló el maestro Reig, y es el miedo al fracaso que la popia sociedad nos impone como un valor a seguir, dejando de lado el ser, para poner adelante el tener. E miedo también está relacionado con la crisis y la mercadotécnia, al promover acciones como las ocurridas con la suspensión de clases durante la aparición de la influenza en México.
Se crea un ambiente de miedo y temor, y la sociedad en su conjunto se envuelve en estos miedos, que no son sino acciones irresponsables que afectan a todo mundo, cuando se podría haber tratado por partes y especialmente donde apareció la “epidemia” y no en todo el país, dijo.
Respecto a la participación de periodismo en divulgar las acciones del crimen oganizado o del crimen organizado en el ámbito del perdiodismo, el maestro señaló que el ser humnao empezó a manejar este tipo de temsa en los medios, al constatar que elevan el raiting e incrementan por ende las ganancias, toda vez que a partir de sucesos relevantes en el ámbito del crimen, aparejaron sus noticias con informaciones políticas y empresariales, que son consideradas origen del periodismo en el mundo.
Las informaciones sobre asesinatos, ejecusiones, violenca, actividades publicitarias del crimen organizado se han apoderado de las noticias titulares de los medios, porque desaortunadamente venden bastante, sin embargo se incurre en un error al dar a conocer noticias de este tipo sin interpretación: se trata de informar, interpetar el suceso y fomar, señaló, solo de esta manera se puede reducir el miedo de los lectores y de al sociedd en general, sin dejar de estar informado.
Esto significa que se pueden manejar notas de crimen y violencia, pero siempe y caundo se de una explicación satisfactoria del suceso ocurrido y no simplemente se inoforme sin interoertar, o se expongan fotos denigranets de la dignidad humana, no importa que el violentado ya esté muerto, conserva sus derechos y los de su familia a no ser expuesto en forma denigrante, señaló.
El morbo en periodismo debe ser descartado, es no es una forma sana de hacer periodismo de altura, no con titulares de morbo, sexo y violencia que es una de las carateristicas de los medios de ahora, se hace buen periodismo, son aspectos que nada tien que ver con el perdiodismo de nivel, reafirmó en ponente.
Al término de su temática se realizó una serie de preguntas y respuestas que tanto estudiantes como periodistas del Colegio le hicieronal Doctor Ramón Reig, que estará presente en el VII Bienal Iberoamercana de Comunicación que tendrá como sede a la UACH.

jueves, 13 de agosto de 2009

Nacionalismo y futbol

El enfrentamiento futbolístico de este 12 de agosto ha tenido un histórico desenlace: el tricolor ha vencido a los gringos. Escucho por las calles chihuahuenses la algarabía de los carros festejando la victoria. Se reúnen los fanáticos a celebrar la victoria tanto en la
Glorieta de Pancho Villa, como en El Ángel de la independencia del DF. Festejos similares se llevan a cabo en muchas ciudades del país.
Da gusto tener motivos de alegría. Quizá con este triunfo de la selección mexicana se nos pase a los chihuahuenses el sabor amargo de los cinco muertos en el Far West, la balacera del Periférico de la Juventud y el atentado al director del CERESO.
Leo en algún diario nacional que el público mexicano abucheo el himno nacional de los vecinos del norte. Como siempre sale a relucir ese extraño sentimiento de amor-odio de los mexicanos hacia los gringos. Con este partido de futbol, se deja ver la mexicanez en su máxima expresión. El continuo esfuerzo del sistema educativo nacional, los medios de comunicación y demás fuentes de formación de los mexicanos dan fruto. No en vano estamos todos los lunes haciendo honores a la bandera desde que todavía no tenemos ni idea el significado de este tipo de actos. No estoy muy segura de que alguna vez tengamos conciencia de dicho significado, -dicho sea de paso-. En lo que a mí respecta siempre había visto con mucha naturalidad las medidas nacionalistas, pues no conocía otra forma de educación. Fue al llegar a otro país cuando me di cuenta de que otra forma de educarnos es posible. Dos amigos italianos que tengo en España le decían a mi amiga Mónica (una tapatía muy orgullosa de nuestra tierra) que no comprendían los homenajes a la bandera y se quedaban con la boca abierta cuando mi amiga les presumía su participación en la escolta, como un puesto de honor por sus altas calificaciones.
Nos comen el coco. Desde pequeños nos van sembrando un nacionalismo que no nos lleva a ninguna parte. Está muy bien abuchear a los gringos, pero mucho mejor estaría actuar en consecuencia y abuchear las medidas gubernamentales que ponen a los mexicanos por debajo de los gringos en muchos sentidos. Vale manifestar nuestra alegría por el triunfo del Tri, pero mucho más valor tendría manifestar nuestro descontento por el servilismo del gobierno mexicano ante el vecino norteño. Nos estamos quedando solos en Latinoamérica, México y Colombia son los dos únicos países que siguen mostrando su lealtad incondicional al imperialismo yanqui. Casualmente son los dos países con mayores problemas de violencia, narcotráfico y corrupción.
El nacionalismo mexicano está mal encausado. Ya no son los tiempos de Lázaro Cárdenas, el mundo avanza hacia la globalización y los nacionalismos se convierten en cadenas que evitan el progreso. Sobre todo porque no son nacionalismos reales, sirven en la superficie, como máscara para ocultar problemas profundos. Este sentimiento de amor a la patria se debe aprovechar para sembrar valores de responsabilidad, trabajo, respeto a la verdad y a la vida, entre otras cosas que adolecemos los mexicanos. Es decir, que es muy bueno alegrarse porque gana la selección mexicana y salir a festejar, pero mucho mejor será cuando tomemos conciencia de lo que una nación significa y nos convirtamos en ciudadanos, es decir en personas informadas, exigentes con sus gobiernos, críticos y dispuestos a luchar para cambiar el rumbo del país.
Rosalba Mancinas Chávez: rmancinas@gmail.com.

*Este texto ha sido publicado en El Ágora de Chihuahua, www.elagoradechihuahua.com.

jueves, 30 de julio de 2009

Más allá de los narcos

Al finalizar la primera semana del mes de junio, leí con profunda tristeza la noticia de la captura de cuatro personas implicadas en el narcotráfico de drogas en la comunidad de Cerocahui. Les incautaron droga, armas, semillas para más droga y qué se yo cuantas cosas más.
No sentí tristeza por su captura, si andan en un negocio ilícito se arriesgan a ser capturados y llevados a la cárcel. Es más, lo correcto es que reciban un castigo, que sean puestos en prisión.
Pero esta mala costumbre de pensar en el más allá de las cosas me ha invitado a reflexionar en torno a la problemática que vive México desde hace años, acentuada durante los últimos tres o cuatro hasta llegar a niveles inesperados.
No sé si el lector habrá tenido la precaución de observar las edades de la mayoría de implicados en las noticias de violencia y de narcotráfico, desde asesinatos hasta simples robos. Yo lo he estado haciendo por curiosidad y he advertido como la mayoría están alrededor de los treinta años.
Me incluyo en esa generación, los nacidos en los años setenta, los hijos de la crisis, los mexicanos que no hemos visto un México en buenas condiciones, nos ha tocado verlo de mal en peor. Somos la generación que sufrió las consecuencias del turbulento sexenio de Díaz Ordaz y padeció a Echeverría Álvarez, a López Portillo y todos los demás. Los mismos que empezábamos a tener conciencia nacional a finales de los ochenta y principios de los noventa y sentíamos una enorme ilusión al ver al país viviendo la Solidaridad de Salinas de Gortari, el aparente esplendor y desarrollo del país, seguidos de la profunda decepción. También somos los que con nuestros tiernos veintitantos añitos vivimos la ilusión del Cambio y sufrimos la decepción del más de lo mismo pero con distinto color.
Para no ir muy lejos y perderme en la tierna nostalgia de los treinta años (ya pasaditos), volveré a la temática de la Sierra Tarahumara y sus supuestos narcos. Si en el país entero se vivió la crisis a partir de Echeverría, en la Sierra se vivió mucho más.
Primero había minas, por eso se fundaron los pueblos, luego se trabajaba la madera. Aún con todas las carencias de servicios básicos como agua potable y luz eléctrica, la gente tenía trabajo y vivía el día a día con la apacible tranquilidad de la rústica vida rural. Pero la falta de control gubernamental permitió que las empresas abusaran del bosque y lo explotaran hasta acabar con él por completo. Las minas también se agotaron. Los hoy jóvenes nacidos en los setenta se quedaron sin opciones laborales. No había minas, no había madera, no había industrias, ¿qué hacer para sobrevivir en los alejados pueblecitos de la Sierra? La mayoría emigró a las ciudades y hasta la fecha, salvo contadas excepciones, viven en los suburbios, sin terminar de adaptarse a la vida citadina. Los que se quedaron en la Sierra, con pocas opciones laborales se quedaron.
No pretendo justificar a la gente que se dedica a negocios ilícitos, pero sí pretendo invitar a ver más allá del problema aparente, qué hay detrás de unos jóvenes que se dedican al narcotráfico. ¿Les gustará estar meses enteros cuidando su siembra de mariguana en los terrenos más inhóspitos con el temor permanente del Ejército, la policía y de otras bandas? ¿O preferirán un trabajo honesto para ganarse la vida y mantener a la familia? Yo no lo sé, lo pregunto, suelto esas dudas solamente porque no tengo espacio para soltar todas las que saltan a mi cabeza.
Ahora que es tiempo de elecciones y los políticos pierden el tiempo en chismes de barrio y peleas personales, la ciudadanía debemos exigir que se piense en México de manera profunda, en lo esencial, en la base para el desarrollo del país. Dejemos de dimes y diretes, dejemos las naguas con valor para acusar a gobiernos, vayamos a los verdaderos responsables de la situación socioeconómica que vive el país. ¿Son verdaderamente los políticos los responsables de la situación o son monigotes de un poder por encima de ellos? ¿Obedecen a principios y valores de partidos políticos o son esclavos de una clase empresarial que los sustenta y respalda?
Demasiadas preguntas me han surgido a partir de la detención de estos cuatro vecinos de mi pueblo, uno de los pueblos más bonitos de la Sierra Tarahumara, un lugar que podría ser declarado destino turístico, pues cuenta con grandes virtudes tanto de belleza natural como de historia y situación geográfica. Esa podría ser una solución para dar oportunidades laborales a los jóvenes de la Sierra y no dejarlos a la deriva para que los emplee el listo de turno y terminen en la cárcel como narcotraficantes.

martes, 28 de julio de 2009

MARGE SIMPSON

Yo no quiero ser Marge Simpson, me gusta Lisa, me identifico con ella, pero no con Marge. Supongo que no soy la única y me pregunto, ¿Qué nos pasa a las mujeres? ¿Por qué nos quedamos en el camino? Muchas queríamos ser como Lisa y nos identificábamos con ella, la misma Marge en su niñez y juventud era como Lisa. Pero llegó un momento clave en que tuvo que decidir si continuaba con su desarrollo profesional, su brillante carrera de pintora o se convertía en ama de casa. Pudo más el amor y ahí la tienen.
Hace apenas unas décadas las mujeres no tenían acceso a estudios superiores, ahora las facultades se ven llenas de mujeres, incluso más mujeres que hombres, en algunos casos, como enfermería, psicología, comunicación, administración de empresas, filosofía y otras que ahora no recuerdo. Entonces ¿por qué hay más hombres ejerciendo la profesión?
No quiero aceptar aquello que decíamos jugando cuando andábamos por los pasillos de la Facultad, “estudio MMC (Mientras Me Caso)”, tampoco me resigno a aceptar aquélla idea de que las mujeres iban a la Facultad a buscarse un buen marido o para ser la digna esposa de un marido respetable. Todas estas razones para estudiar o decidir superarse me parecen una inversión inútil para el Estado, sobre todo en las universidades públicas, donde se invierte para la formación de cada uno de los estudiantes mucho más de lo que cuestan las matrículas.
La cuestión de género sigue vigente, más vigente que nunca. A pesar de que el movimiento de feminismo tuvo quizá mayor fuerza en la década de los setenta, la lucha por la igualdad de derechos de hombres y mujeres sigue teniendo sentido. ¿O es que las mujeres disfrutamos ya de igualdad de circunstancias? ¿Contamos acaso con los apoyos necesarios para conciliar una vida familiar y laboral? ¿O estamos condenadas a elegir? Considero que estos tiempos de crisis llaman la atención para que cambiemos las cosas que no van bien en el mundo. Una de ellas es la situación de la mujer.
Ahora escribo desde España, donde hay un gobierno socialista con mayor cantidad de ministras que de ministros, con muchos avances en materia de igualdad de género, pero con muchos casos aún de violencia de género. Arriba habrán tomado muchas medidas, pero en el día a día, siguen siendo las mujeres las que van al supermercado, las que llevan y traen a los niños, las que se ven limpiando las casas, colgando la ropa y haciendo la comida. Y es que la cuestión no es pasar al otro extremo y abandonar todas las labores del hogar y los niños para pasar a ser una ejecutiva agresiva, o sí, depende de cada quien. La cuestión es tener la posibilidad de elegir, ese debería ser un derecho indispensable.
Pero bueno, volviendo a Marge Simpson, el estereotipo de ama de casa de los años cincuenta, que ha sido elegida en el Reino Unido como la mejor madre famosa, según BBC Mundo, las mujeres debemos preguntarnos si Marge es un modelo a seguir como madre tolerante, amorosa, responsable, limpiadora compulsiva, ahorradora eficaz, siempre disponible, con una palabra de consuelo y comprensión para todos los miembros de la familia, o es un espejo de la mujer actual. También debemos preguntarnos si merece la pena quedarse en casa ocupándose de todo mientras el marido se convierte en proveedor o decidimos salir a trabajar para ayudar con los ingresos aunque luego tengamos que llegar a casa a poner todo en orden y terminar a las tantas para levantarnos al día siguiente muy temprano a hacer lo mismo.
Cualquier elección será buena, no tenemos derecho a cuestionarla, lo importante es eso, justamente, que tengamos la posibilidad de elegir y no se nos impongan obligaciones por el simple hecho de haber nacido mujer o de haber nacido hombre.
La verdad es que es un atrevimiento escribir este artículo, porque el tema es mucho más complejo de lo que aquí se plantea, pero es una muestra de que no es tan difícil hablar de lo que nos pasa en la vida cotidiana y siempre existe la posibilidad de cuestionarnos el sentido de nuestra vida, la única vida que tenemos.

rmancinas@gmail.com

jueves, 5 de febrero de 2009